El concepto de felicidad ha sido objeto de debate entre filósofos y psicólogos, y dos perspectivas interesantes provienen de Fernando Savater y Shawn Achor, quienes abordan la felicidad desde ángulos distintos pero complementarios.
Fernando Savater y la Felicidad
Para el filósofo Fernando Savater, la palabra “felicidad” resulta demasiado ambiciosa y hasta engañosa. Según Savater, uno no puede considerarse realmente feliz si existe la posibilidad de dejar de serlo en cualquier momento. La felicidad, bajo esta visión, requeriría una especie de invulnerabilidad, una condición permanente que no depende de factores externos. En contraste, Savater propone que la “alegría” es una emoción más accesible y realista: uno puede sentirse alegre en una situación específica, sin importar lo que suceda después. Esta distinción es crucial porque, según él, estar atado a las circunstancias para encontrar la felicidad es un error; las circunstancias pueden impedir la felicidad, pero nunca otorgarla.
Shawn Achor y la Felicidad como Clave del Éxito
Por otro lado, el psicólogo Shawn Achor ofrece una perspectiva que desafía una creencia común: la idea de que el éxito es lo que lleva a la felicidad. Achor sostiene que esta ecuación está equivocada y que, en realidad, es la felicidad la que lleva al éxito. Anclar la felicidad a metas futuras, como alcanzar un objetivo de ventas o comprar un bien material, solo la convierte en un blanco móvil, siempre fuera de alcance.
Achor argumenta que las personas felices no solo tienen más probabilidades de ser exitosas, sino que también son significativamente más productivas, mejores en ventas y más creativas e innovadoras. Su investigación en el Departamento de Psicología de Harvard muestra que solo el 10% de la felicidad de una persona se puede predecir a partir de condiciones externas, mientras que el 90% restante depende de cómo el cerebro procesa el mundo. Esto implica que modificar nuestra perspectiva interna es mucho más efectivo y económico que intentar cambiar las circunstancias externas para encontrar la felicidad.
Conclusión
Tanto Savater como Achor nos invitan a reconsiderar nuestras ideas sobre la felicidad. Mientras que Savater sugiere que la verdadera felicidad podría ser inalcanzable debido a nuestra vulnerabilidad a las circunstancias, Achor propone que es precisamente la felicidad, y no el éxito, lo que debemos buscar primero para mejorar nuestras vidas y lograr nuestros objetivos. Al final, ambos coinciden en un punto esencial: la felicidad no debe depender de lo externo, sino de cómo interpretamos y respondemos a nuestro entorno.